14 may 2013

Yolanda Berasategui Serrano.

Echo de menos ser lo que era, salir cada viernes contándonos lo que había pasado durante la semana en el insti o simplemente dar nuestra vuelta tonta que empezaba abajo, en la entrada principal, subiendo por las escaleras mecánicas lentamente o si se nos hacía muy pesado subíamos rápido nosotras, mirar si había sientos libres (y si los había daba igual) pasando de largo, pararse en la puerta de Inside a ver que música tenía puesta y bailarla (sí, una Sperma y una Motera normales). Y finalmente bajar por las escaleras del cine. Nuestro querido recorrido en el Vp. Cuando bajamos, algún día que otro nos encontramos en el P. Rosales un tío con un coche rojo al que seguían miles de niños y que querías robarle el gorro. Y sí, acabaste poniéndotelo sin llegar a robarlo/pedírselo (hay una foto de recuerdo). ¿Te acuerdas de ese granizado azul? Ojalá estuviera de nuevo para este verano. “Se la he chupado a un pitufo” según nuestra mente. Por esas clases de Sociales en las que no hacíamos exactamente nada, bueno, coser los pantalones del Dani, o tropezarme al salir de la biblioteca con un bordillo que apareció así de repente y volé (Lengua, con el super blog). Y esto es lo que quiero recuperar, todo el tiempo y la música que hemos perdido. Porque para mí eres mi mejor amiga, en NY, o no NY.
Pd: Te quiero.

Me enganché a qué.

Todo tiene sentido cuando estoy contigo y la mayoría de veces ni me lo creo, pero es así. Lo peor de esto es que tú, pasas de mí, y me complica mucho más las cosas, sin duda ninguna. Podría ser que este sea mi final, sí, mi final, y que acabará con una de tus sonrisas. No vivo para ser perfecta, pero sin embargo, tú y tus malditos ojos sí lo son. Me he enganchado a ti como si fueras una puta canción con la mejor letra del mundo (aunque eso no es posible). La mayoría de veces que te he mirado no he sabido que decir, de ahí a que suelte alguna de mis bonitas tonterías. ¿Qué? ¿Qué problema hay? No me he dado cuenta de ello, y es, que cada vez que escribo tengo el olor de tu pelo en la punta de mi nariz, o esa colonia que tanto me gusta. Simplemente porque me he enganchado a ti.