20 oct 2013

Quiéreme como antes.

A tu lado, cada noche que me encontraba cerca de ti,
mi cuerpo temblaba sin sentido alguno,
cogiendo tus manos por miedo de que te fueras,
pero de repente algo me decía que estábamos demasiado dormidos,
y que los sueños, sueños son.

Adrenalina,
adrenalina cuando te veía sonreír,
cuando notaba tus brazos rodeando mi cuello,
cuando cada tontería que decías,
era mi puta inocencia contra el mundo.

Pero estamos cerca y vivimos demasiado,
separados con ganas de desgastarnos los labios,
sin tocarnos ni si quiera,
sólo deseando otra mirada.

Miradas de esas que el ruido del silencio,
se haga eterno,
y con ello, junto a toda esta mierda que nos divide,
un abrazo de estos que cierren los ojos.

Porque dicen -que los ojos son el reflejo del alma-,
pero tú, con esos pedazo de cielo,
haces que mi vida se convierta en un suspiro,
un suspiro de esos tontos.

Nada de lo que escribo ahora tiene sentido,
no tengo ni ganas de hacerlo,
y no es que me haya quedado en blanco,
si no que echo de menos tus miedos,

y eso hace que me acuerde de ti,
cada vez que te olvido.