26 jun 2013

¡No vale!

¡Ese estúpido me ha robado la sonrisa!

Recuérdame que te olvide.

¿Para qué recordarte si tengo a la música que lo hace todos los días? A veces escribo con el idioma de sus labios y otras con la de su mirada. Perdón si no soy capaz de reventar las teclas negras del piano acordándome de ti, o si no soy inteligente para hacerte sonreír.
Qué de maneras habrá para enamorarte.